Cuando una persona tiene un gato de mascota, dicho animal termina considerando a su dueño como parte de su grupo social y como una base segura, por eso, en ocasiones la relación entre los gatos y los humanos es una fuente inagotable de curiosidad y de asombro. Comprender el comportamiento de los gatos es una tarea que nos adentra en la intrincada naturaleza felina, los gatos son animales enigmáticos, y el comportamiento que tienen durante el sueño es de los que más destaca de toda su personalidad.
La naturaleza felina de los gatos los lleva a que, durante el descanso, estos tomen una posición peculiar en el rostro de sus dueños, quienes se extrañan de que suceda solamente por la noche.
Razones por las que un gato se acerca a tu cara
Los gatos tienen una forma única de comunicarse con su humano, utilizando señales felinas particulares que son parte de su instinto y de su comportamiento afectuoso; a continuación, te brindamos las razones de este instinto gatuno, que en realidad es un comportamiento afectuoso hacia la persona que los cuida y alimenta:
Vínculo de confianza: Los gatos son animales que valoran la confianza y la seguridad, estar cerca del rostro de sus dueños es una forma de mostrar que confían plenamente en ellos.
Intercambio de calor: La proximidad de la cara les proporciona un lugar cálido y cómodo para dormir.
Marcaje territorial: Dentro de la fisonomía de los gatos, estos animales tienen glándulas faciales que secretan feromonas, y al frotar su cara contra la de su dueño, marcan su territorio con su aroma.
Comunicación: Estar cerca del rostro es una forma de comunicarse de una manera más efectiva con su dueño.
Protección mutua: Como parte de su naturaleza, los gatos duermen cerca del rostro porque es una manera de protegerse mutuamente de depredadores.
A los gatos le gusta frotarse contra las personas porque:
El motivo por el que los gatos restriegan su cuerpo con objetos, muebles y hasta con nosotros, sus queridos humanos, tiene que ver con el olor.
El cuerpo de nuestros gatos está cubierto de glándulas capaces de producir unas moléculas o mensajes químicos llamados feromonas, que nosotros no olemos, pero nuestros gatos sí: ¡y es que sus narices son entre 1.000 y 10.000 veces más potentes que las nuestras! Estas glándulas se encuentran, sobre todo, concentradas en la zona de la cara de nuestros queridos gatos, pero también en la base de su cola y hasta en las almohadillas de sus patas.
Y, gracias a ellas, cuando nuestros camaradas de ronroneos restriegan su cuerpo o su cabeza con los muebles, el sofá o con las esquinas de la pared, lo que están haciendo es depositar en todas estas superficies su olor más personal. ¡Lo mismo que hacen cuando se frotan con nuestras piernas!
Restregarse les permite compartir su olor con nosotros o con otros felinos a los que consideran sus amigos. En otros maullidos: nuestro gato está creando un olor comunal, de grupo. Y con estos restregones insistentes, dice que nos considera parte de su círculo social peludo más íntimo. ¡Casi nada!
Tanto restregarse, tiene dos motivos: por un lado, permite a nuestras queridas bolas de pelo marcar su territorio; es decir, marcar estos objetos o superficies como parte de su zona segura. Así que, en esencia, cuando nuestros gatos se frotan con nosotros, lo que hacen es reclamarnos como propios. Un modo gatuno de decir: “Este humano o esta humana es mía”, en su propio idioma felino.