La magia de la ruda: la planta que debes tener en casa.

Desde siempre la ruda se ha utilizado como planta protectora. En la antigua Roma se utilizaba como planta medicinal y cura contra el mal de ojos. En Grecia era utilizada para aliviar dolores y luchar contra epidemias.

La ruda macho tiene hojas grandes, y debe colocarse a la izquierda de la puerta de entrada de la casa. La hembra, va a la derecha de la puerta de entrada y se distingue por sus pequeñas flores amarillas.

También puedes colocar una ramita atada con cinta roja en el marco de la puerta de entrada a tu hogar para mantener las malas energías alejadas para siempre.

Pero la «magia» de la ruda también se aplica a la salud: hay quienes usan sus hojas frescas para acelerar la cicatrización de las heridas y los que añaden sus hojas a ensaladas, sopas u otros platos saludables.

Muchos también ingieren la ruda en formato de infusión y es el té lo que recomiendan las abuelas, aunque con algunas advertencias: no deben consumirlo los niños ni las mujeres embarazadas.

Las hojas de este arbusto -imprescindibles para elaborar el té- son muy fáciles de conseguir en herboristerías. La ruda, además, puede crecer en cualquier jardín y se desarrolla en climas templados o algo fríos. En verano tiene unas pequeñas flores amarillas que se pueden incorporar en la preparación del té.

¿Qué son las varices y por qué aparecen?

Para hacer el té, se necesitan dos cucharaditas de hojas de ruda (también puede contener flores secas) y una taza de agua. Hervir el agua en un recipiente, retirar del fuego y añadir la ruda. Dejar que repose durante ocho minutos, colar para servir en una taza y beber.